Osteocondrosis de la columna cervical: síntomas y tratamiento en el hogar

La osteocondrosis es una de las pocas enfermedades que son exclusivas de los humanos. La razón de esto es una característica tan distintiva de una persona como un pie recto. La posición vertical de la columna hace que las vértebras se presionen entre sí, y el tejido óseo y cartilaginoso de la columna se destruye y deforma gradualmente. Se recomienda tratar la osteocondrosis lo antes posible.

dolor de cuello con osteocondrosis

La columna vertebral humana comienza en la región cervical. En total, hay siete vértebras en este departamento, desde la primera hasta la séptima. Las vértebras están separadas entre sí por discos intervertebrales. La columna cervical es una parte particularmente vulnerable de ella, principalmente debido a la mayor movilidad de las vértebras en esta área. En la región cervical, la enfermedad se refleja principalmente en los discos, que son un punto débil en la estructura de la columna vertebral.

Factores como el tamaño pequeño de las vértebras y la relativa debilidad de los músculos del cuello también contribuyen a la propagación de la osteocondrosis cervical. Además, el desarrollo de la osteocondrosis cervical está muy influenciado por el suministro insuficiente de sangre al tejido del cartílago.

Así, el desarrollo de la enfermedad es un proceso complejo y prolongado y no tiene una causa única. Aunque existe una conexión entre el trabajo sedentario de una persona y la presencia de osteocondrosis cervical, la enfermedad a menudo se encuentra en personas entrenadas, especialmente atletas, debido al aumento de la carga en la columna cervical durante el levantamiento de pesas.

En las personas mayores, por regla general, la degradación de las estructuras vertebrales es un proceso inevitable asociado al envejecimiento del organismo y al debilitamiento de sus defensas. Sin embargo, el tipo patológico más común de osteocondrosis cervical, en el que el papel principal lo desempeñan factores negativos externos o internos.

Factores que contribuyen al desarrollo de la osteocondrosis cervical:

  • mala postura
  • Raquiocampsis
  • Lesión de espalda
  • Exceso de peso
  • trabajo fisico duro
  • Trabajo sedentario
  • Violación de los procesos metabólicos.
  • Hipotermia frecuente
  • Postura incómoda al dormir.
  • Estrés, fatiga
  • factores hereditarios
  • Enfermedades infecciosas
  • Características del cuerpo como cuello demasiado largo o demasiado corto

Grados de desarrollo de la osteocondrosis cervical.

La enfermedad tiene cuatro etapas. No siempre es fácil determinar el estadio de la enfermedad analizando los síntomas, ya que en ocasiones el grado de degradación del tejido óseo y cartilaginoso puede no corresponder a los síntomas observados en el paciente.

Primer grado

Los procesos destructivos comienzan en el tejido óseo y cartilaginoso de las vértebras. Como regla general, en esta etapa de la osteocondrosis cervical, los síntomas son leves. Los pacientes no los notan en absoluto o no los asocian con enfermedades de la columna, sino que los atribuyen al estrés y al exceso de trabajo.

Segundo grado

La altura del disco comienza a disminuir, aparecen grietas en su superficie. Los síntomas de la osteocondrosis cervical en esta etapa se manifiestan en dolor constante, debilidad y entumecimiento de ciertas partes de la cara.

Tercer grado

Se forman discos intervertebrales herniados, se dañan los vasos y los músculos del cuello. El paciente tiene mareos, dolor en la parte posterior de la cabeza.

cuarto grado

Aparecen osteofitos: crecimientos óseos que protegen las vértebras del estrés, lo que provoca el pinzamiento del nervio, lo que provoca rigidez y daño en las articulaciones adyacentes.

Síntomas

Los principales síntomas de la osteocondrosis de la columna cervical:

  • Dolor en el cuello y los hombros.
  • debilidad muscular
  • Aumento de la sudoración
  • entumecimiento de la mano
  • Deterioro de la coordinación
  • Mareo
  • Discapacidad visual y auditiva
  • Aumento de la presión arterial
  • Dolor de cabeza

Estos síntomas, característicos de la osteocondrosis de la columna cervical, pueden estar presentes en todas las etapas de la enfermedad. En la mayoría de los casos, solo hay algunos síntomas de la lista y el resto puede estar ausente. Una persona que se encontró por primera vez con tales signos de la enfermedad no siempre sospecha que tiene osteocondrosis cervical. Por lo tanto, puede acudir a varios médicos: terapeutas, cardiólogos, neuropatólogos, cirujanos. Y el diagnóstico correcto en consecuencia puede hacerse muy tarde.

Síndromes de osteocondrosis cervical

Con la osteocondrosis cervical, ocurren varios síndromes, es decir, condiciones típicas que tienen un complejo de rasgos característicos. Aparecen según qué nervios y arterias estén afectados por la enfermedad:

  • síndrome de la arteria vertebral
  • síndrome cardíaco
  • síndrome hipertensivo
  • síndrome radicular
  • síndrome de migraña cervical

El síndrome de la arteria vertebral es una de las complicaciones más desagradables y peligrosas de la osteocondrosis cervical. Esto se debe al hecho de que se reduce el flujo de sangre en la arteria que recorre la columna vertebral y alimenta el cerebro. El síndrome se manifiesta por síntomas como mareos sistémicos o periódicos, problemas de audición y visión. En algunos casos, se pueden producir desmayos. A menudo hay una especie de síndrome, lo que implica que, en un estado normal, el flujo de sangre en la arteria es normal, pero cuando se gira la cabeza en una dirección u otra, puede caer bruscamente.

La hipertensión es también una de las complicaciones más peligrosas. A diferencia del síndrome de la arteria vertebral, es causado por la compresión de las arterias, no de las arterias, lo que dificulta el drenaje de la sangre de la cabeza. El síndrome conduce a un aumento de la presión intracraneal, que puede manifestarse con síntomas como náuseas, vómitos y dolor de cabeza.